lunes, 5 de enero de 2009

Sarita, la pervertida.


Ta, lo voy a confesar. El otro día miré “Tenemos que hablar”, el programa de “debate” o “discusión” que se transmite por canal 4; ése que lo conduce la rubia con la voz más insoportablemente chillona del mundo, Sara Perrone. Y es como una confesión porque yo ya se que mirar ese programa me hace mal, que es perjudicial para mi salud mental, que es como un viaje de ida como la pasta base, etc., pero el tema me interesaba.

No, en realidad el tema no me interesaba demasiado, porque yo ya tengo una opinión formada sobre ese tema que difícilmente vaya a cambiar. Lo que me interesaba era escuchar qué decían los eruditos del programa sobre el tema en cuestión: “El sexo libre, ¿es una perversión?”

Lo que me sorprendió es que en el programa participaba un montón de gente, con diferentes opiniones y puntos de vista, desde distintas realidades, de diferentes profesiones, etc., pero no hubo ni un sexólogo ni un psicólogo que explicara lo que es una perversión.

Pervertir: (Del lat. pervertere).

1. tr. Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc. U. t. c. prnl.

2. tr. Perturbar el orden o estado de las cosas.

Esta es la definición de la Real Academia Española. En sexología y psicología, según tengo entendido (y pido ayuda a alguien que sepa más), las “perversiones” tienen más que ver con las parafilias, con las “desviaciones sexuales” (también definición de la Real Academia).

Cito algunas parafilias (las que más me llamaron la atención, porque nunca se me hubieran ocurrido, o porque me parecieron graciosas, etc.) del “Diccionario de Perversiones y Parafilias” (www.deperu.com/miscelanea/perversiones-parafilias.html):

Abasiofilia: La excitación sexual sólo se produce cuando la pareja es coja.

Amiquesis: Excitación sexual al rascar a la pareja durante el acto sexual.

Anofelorastia: Excitación al profanar objetos considerados sagrados.

Barosmia: Excitación por el olfato.

Choreofilia: Excitación sexual al bailar.

Dendrofilia: Cuando la excitación sólo se produce al frotarse contra los árboles.

Dorafilia: Excitación sexual al tocar pieles animales, sintéticas o de cualquier otro tipo.

Electrofilia (electrocutofilia): La excitación sólo se produce al usar suaves choques eléctricos durante la práctica sexual.

Emetofilia: Excitación sexual proveniente del acto de vomitar.

Flatofilia: Excitación proveniente del olor de los gases intestinales propios o de la pareja.

Formicofilia: Excitación sexual al reptar de insectos o animales pequeños (hormigas, caracoles, gusanos, etc.) sobre los genitales.

Gomfipotismo: Excitación provocada por los dientes.

Hemotigolagnia: Atracción sexual por los tampones usados.

Hierofilia: Atracción sexual por las cruces.

Keraunofilia: Placer sexual por los rayos y truenos.

Misofilia: Atracción sexual por la ropa sucia.

Nosolagnia: Excitación proveniente de saber que la pareja tiene una enfermedad terminal.

Pediofilia: Atracción sexual por las muñecas.

Xenofilia: La excitación sólo se produce ante parejas de distintos países.

Hasta acá todo bárbaro. Se entiende que una “perversión” o una “desviación sexual” se produce cuando la persona en cuestión se excita con cosas o situaciones que aparentemente “no deberían” producir excitación sexual. Y digo “no deberían” porque todo esto puede ser muy discutible. Desde mi punto de vista personal, creo que cualquier práctica sexual consentida entre adultos y que no dañe la integridad física, moral, emocional o psicológica de terceros es perfectamente respetable. Todo lo demás responde a criterios de “normalidad” o “anormalidad” que a mí por lo menos me disgusta definir. Pero ta, es una opinión personal y que no tiene un basamento científico, por eso pido, nuevamente, la ayuda de alguien más letrado en estas cuestiones. Lo que sí no encontré en este diccionario y en otros que consulté fue una acepción para la supuesta perversión llamada “sexo libre”.

Volviendo al programa en cuestión, debo decir que me dio mucha rabia la forma en que se planteó y se discutió el tema. El hecho de no consultar a un psicólogo o a un sexólogo evidencia una falta de interés real por la cuestión en debate, y sí un interés perverso (bien vale la palabra) por la polémica barata de peluquería de barrio.

La definición que se daba en este programa de “sexo libre” era más bien vaga, si no inexistente. Se comparaba esta práctica (si es que se la puede llamar así) con el sexo pre-matrimonial o con la utilización de diversos artefactos con fines eróticos, como vibradores, lencería, etc.

Creo que para empezar habría estado bueno definir, si es que se puede definir científicamente, qué es el “sexo libre” y según quién, porque para empezar, lo que para unos es libertad para otros puede ser libertinaje y para otros un juego de niños.

Para seguir creo que es de cajón que en estas cuestiones se debería consultar a alguien más entendido en el tema, más teniendo en cuenta que hoy en día la disciplina de la sexología está tan en boga. Probablemente sí se haya consultado a un profesional, pero lo más probable es que este profesional les haya explicado lo que realmente es una perversión, lo que debe haber sido un disgusto para la producción del mentado programa, ya que la explicación invalidaba toda posterior discusión sobre si el sexo libre es o no una perversión, y se quedaban sin tema para discutir, ni Dios lo permita, tener que ponerme a pensar de vuelta a ver qué chotada discutimos esta semana...

Obviamente que estas son todas conjeturas mías, pero es que me llamó poderosamente la atención la falta de un “testimonio” (ya que se usa tanto esta palabra en este tipo de programas) de un profesional en la materia.

Los medios de comunicación de masas son formadores de opinión, vaya descubrimiento el mío. Cuando se hace una manipulación tan descarada de la información como en este caso se está formando una opinión en la audiencia, para bien o para mal. Aparte que la discusión se parece más a un puterío de gallinero que a un debate serio sobre cuestiones interesantes, de dónde no se puede sacar nada en limpio.

Más allá de las opiniones vertidas por los participantes, con las que se puede discrepar o estar de acuerdo, este programa transmite una moral y unos valores que yo calificaría al menos de retrógrados, por no decir fascistas, ya que la palabra suele herir susceptibilidades.

Porque se habla de libertad como si fuera una perversión. Y nada más alejado. La libertad, al menos en este tema, pasa por elegir lo que a uno más le guste y vivir de acuerdo a esa elección, sin hacer daño a otros. Tener sexo antes del matrimonio o no, usar “juguetes” o no, hacerlo solamente con tu cónyuge y para el resto de tu vida o hacerlo con todas las personas que te venga en gana, siempre con consentimiento mutuo, etc., son todas opciones dentro de la libertad individual inherente a estas cuestiones.

Porque, como ya dijo alguien, “la libertad es libre”. Yo agregaría que no debería ser lo “perverso” o “anormal”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace ya un rato que leo tus artículos (en el día de hoy) y comentarios y a veces me parecías una persona sumamente interesante, común, pero interesante. No creo que para ser interesante alguien se tenga que salir de lo "común".
Pero cuando llegué a este artículo me convencí de que algo te falla, como podés fumarte a Sara "chillona" Perrone, solo por satisfacer tu curiosidad, cuidado, así podés terminar sufriendo, por ejemplo una "Formicofilia".

Est3ban dijo...

Si la curiosidad es un defecto, obviamente algo me falla y severamente...